El techo de mi cuarto está pintado de blanco y las paredes, en su mayoría, de verde pálido. El piso es de madera al igual que los muebles y mi cama.
Mi cama está cubierta por una sábana de Chanchos Galácticos y una colcha azul. Estoy tumbada boca abajo en ella. Está situada frente a la ventana y es por esta razón que el Sol es quien me despierta en verano. La Neblina y el Frío se encargan de esta tarea en invierno.
Si miro a la izquierda, veo un cuadro que pinté hace dos años y está colgado en la pared diferente justo arriba de mi escritorio, el de madera.
Atrás de mí está el armario con más cachibaches que ropa. La puerta se encuentra a mi derecha y es de un color que no decifro. Se parece al de las paredes, en su mayoría, pero no es igual.
La pared que tengo al frente y veo en este momento, la pared diferente, es marrón.
Mi cuarto parece un árbol y yo una Ardilla que sabe escribir.
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