8.12.08

Daremos el salto a la frontera.


A veces las cosas no salen como uno las planea. A veces te das cuenta que en lugar de tener los ojos cerrados, saliste a la calle sin lentes. A veces simplemente, te levantaste con el pie izquierdo.

Todo se resuelve si decides dar un salto, el cual decide lo que pasará a continuación. Un salto a la frontera de las dudas. Un salto, mínimo, simple pero a la vez complejo. Impulso, subida, bajada.

19.11.08

Ayer soñé contigo.


Soñé que pasaba y me quedaba, tu delante y distante; yo, cercana y exigiendo.


Terminaste aceptandolo y cambiandome los esquemas.
Así pasa, cuando sucede.

21.10.08

Biólogo.

¿Cómo llegaste?
A través de tus sueños.

¿Cómo entraste?
Por la puerta trasera.

¿Por qué te quedaste?
Porque te importo y te es difícil olvidarme.

¿Por qué te quedaste?
Porque me importas y te quiero.

¿Por qué te quedaste?
¿Por qué te quedaste tú?

12.10.08

Viva yo.

Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista.

Un alto.

I won't hesitate no more. I'm yours.

7.10.08

Taller de luz.

Si te sientes triste y apagado, ven al taller de luz.
Si crees que ya no puedes andar, ven al taller de luz.
Si de peleas estas harto, ven al taller de luz.


No cuesta.
No discrimina.
No agobia.


Sólo te pide un rayito de ilución y revoluciones de amor.

29.9.08

Hakuna matata.

Vivir sin problemas.


-Hakuna matata.

-¿Qué dices?

-Es mi filosofia. Significa: sin problemas, sin preocupaciones. Quedate con nosotros y verás que bien nos la pasamos.

Simba reflexionó. ¿A dónde podía ir? Después de todo ese jabalí regordete y esa suricata parlanchina le parecían muy simpáticos.

-Está bien, me quedo -decidió Simba.

-¡Grandioso! -exclamó Pumba.

Timón y Pumba llevaron a Simba de visita por sus dominios. ¡Qué diferencia con las Tierras del Reino! Aquí, los árboles crecían por todas partes. Los rayos de sol no penetraban la espesa selva y todo era muy fresco.

Simba descubrió pericos y monos rojos que gritaban como locos; avanzó apartando enormes helechos, y el el espectáculo de las flores multicolores y de las enredaderas lo maravilló.

-¡Qué bonito es esto! ¿Dónde estamos?

-¡Por mis bigotes! No nos digas que es la primera vez que vienes a la selva -dijo Timón extrañado.

-¡Tengo hambre! -anunció Pumba.

-Y yo podría comerme un elefante -dijo Simba con fervor.

-Ejem... Ya no tenemos elefantes -dijo Timón.

-¿Y tienen antílopes? -preguntó Simba.

-Escucha, pequeño, si vas a vivir con nosotros, tendrás que adaptarte.
Timón y Pumba se pusieron a buscar comida de inmediato.

-Mira -declaró Timón agitando un enorme gusano-, ya encontramos el desayuno.

Simba no pudo contener una mueca de asco.

-Deja de hacer caras feas, Simba, pruébalo y luego me cuentas.

Simba tenía tanta hambre que tomó el gusano y lo acercó a su hocico.

-Anda, cómetelo -lo animó Timón-. Verás que esta delicioso.

El gusano se retorcía sobre la pata de Simba quien cerró los ojos y se lo metió a la boca.

-No está mal, un poco pegajoso, pero sabroso -aceptó.

Timón y Pumba estaban felices.

-¡Hakuna matata! -exclamaron ambos.

-Hakuna matata -les respondió Simba sonriendo.

28.9.08

El sueño del caracol.

Cuando es muy tarde no hay lugar para el arrepentimiento.

Fernanda.


Recordó la noche anterior; las luces, la música, a él, su mirada, sus palabras. Renato Estrada había terminado con ella. Una relación de 5 años había terminado en cuestión de minutos. Ahora estaba echada en la cama tal y como había regresado de la fiesta, con la mirada perdida, unas naúseas horribles y el cabello hecho un desastre. Se levantó y fue al baño, se miró al espejo y lloró.

¡No llores maldita sea! – Se dijo furiosa mientras desviaba la mirada del espejo. No lo podía creer, su vida habia cambiado en un día. Todo el mundo se le vino abajo. Por un hombre.

¿Por un hombre?

Levantó la mirada al espejo y vio a una mujer devastada, por el fin de una relación. Una relación de 5 años. Una relación con el hombre que amaba. El hombre que la engaño 2 veces. Pero lo amaba ¿No?

No. Eso no era amor. Era tan solo una pantalla. Y todos parecían saberlo. Todos menos ella, no fue capaz de verlo. Pero no fue su culpa, él le regalaba cosas todos sus aniversarios y cumpleaños, al menos los primeros 2 años. Guardaba una foto suya en la billetera, claro que la escondía con cada nueva conquista. Él nunca la amó. Y ella, ella creyó amarlo.

Cada día igual. Si se acordaba la llamaba. Si se acordaba la tenía presente. Si se acordaba...

Cerró los ojos con rabia, con rencor, con odio. Se miró al espejo una vez más. Ahí, al frente, vio a una periodista de 23 años, con un futuro prometedor y una situación económica envidiable. Vio a una mujer hermosa. Se vio a si misma. ¿Por qué no podía tener a quien ella quisiera? Era hermosa, tenía un buen trabajo, un cuerpo de sueño y una personalidad increíble. ¿No podía?

Claro que podía. Podía y ella lo sabía muy bien.

Se metió a la ducha y dejo que el agua corriera por su cuerpo. Parecía una cura, como si se llevara toda la tristeza, frustración, odio, rencor e incluso los recuerdos de una relación sin futuro. Dejarse vencer no estaba en sus planes. Salió del baño envuelta en una toalla y suspiró al ver el desorden de su cuarto. Se puso a levantar todo lo que había tirado el día anterior, cuadros, adornos, fotografías rotas, de todo un poco. Al terminar abrió su ropero. Vestidos cortos y largos, pantalones, shorts, polos, blusas. Zapatos, miles de zapatos. Nada que le gustara.

¿Quien eligió su guardarropa?

Ella, con la opinión de Renato claro está. El siempre quiso que su novia luciera elegante, sofisticada, hermosa. Nunca vio que ya lo era. Nunca vio que todos los hombres lo envidiaban por tenerla al costado. No lo vio y la dejo ir.

Abrió uno de los cajones de su cómoda y sacó un polo de tiritas y unos shorts, nada elegante, nada sofisticada, sólo ella misma. Se puso unas sandalias, se recogió el cabello en dos trenzas y salió del apartamento.

Nosotros. Todos.

Hace unos días tuve un sueño muy peculiar. Estaba yo sola en un cuarto muy oscuro sentada en el suelo y a mi alrededor sentía pasos, murmullos y risas. No veía de dónde provenían, pero sí los sentía cada vez más cerca. Cerré los ojos esperando que así todo desapareciera. Al abrirlos me sorprendí, el sitio oscuro en el cual había estado sentada se encontraba ahora iluminado y podía ver a muchas personas mirándome con una sonrisa en el rostro. Algunas de ellas me ayudaron a levantarme y otras tantas me invitaron a tomar asiento en una mesa circular. Ya estando todos reunidos empezamos a conversar, la clase de conversación que vale la pena tener. Conocí a fondo a cada uno y sentí que podía confiar en ellos. Pasadas unas horas decidí que era hora de irme a casa, me levante de mi asiento y me despedí. Me miraron sorprendidos y un anciano, el mayor de todos, me dijo: “¿Qué no ves que estas en casa? Éste es tu lugar, aquí perteneces. Tenemos una misma razón de ser y nos complementamos unos a otros. No te vayas.” Dudé un instante, quedarme implicaba no volver. Pero volver a dónde. Pensé en lo que me dijo y miré a mi alrededor. Grandes y chicos, de todos los colores, a pesar de las diferencias evidentes no los sentía diferentes a mí. Ciertamente me sentía en casa. Me sentía en mi lugar. Volví a tomar asiento lentamente y sonriendo les dije: “No me iré. Quiero ser parte de ustedes. Quiero ser parte de nosotros”

Mi sombra.


Mi sombra tiene varias maneras de
acompañarme.
Frente a mí. A la derecha. A la izquierda.
Alargada como un personaje de película
china de los setentas.
Mi sombra da risa y ella no se da cuenta.

Jason Mraz.


Que decir. Un capo.

26.9.08

El océano de Olivia.


El cielo estaba lleno, -de azul y de sol.
El océano lo reflejaba y se veía plano y brillante
como el suelo de un lujoso salón de baile.


Para Marta, ésta era la más maravillosa visión, un milagro. El océano la hacia sentirse insignificante y algo temerosa.


No le apetecía caminar ni bailar sobre la superficie del océano.
Tampoco nadar en él.
Lo que quería era ser el océano.

25.9.08

Lonche.

Es cómico que un Pan con Atún pueda hacerme sentir tan bien. Sentada en la cocina con mis abuelos puedo revivir un pasado del que no fui testigo. Sin embargo, tengo un futuro del que formaré parte algún día. Cómico. Cierto y gratificante.

21.9.08

Vidas Paralelas.


Cuanto tiempo perderemos para conocernos y reconocer

Apoyado en la pared, fumando. Te ves tan bien que no puedo evitar sonreirte. Te acercas a mi y me abrazas como si todo fuera a estar bien de pronto.

Y en tu vida paralela quiero que me quieras al amanecer

Siempre eres el mismo. Todos los días me miraras con ternura y una sonrisa en el rostro. No sé cómo hiciste para estar siempre presente en mí.

Como sé si lo que viste en mi no es lo mismo que te alejó

Un poco distante. Nunca lo serás. Cuesta creer que en algún momento no estuviste aquí. Conmigo.

Y en mi vida paralela quiero convencerte que esto funcionó

Nos veo a los dos juntos de la mano. Una felicidad enorme me embarga y logra transformar tristeza en alegria. Abarcando mis pensamientos.

Mis paredes encerraron todas las preguntas sobre los dos

No hay secretos, no hay dudas. Siempre confiando y recordando todo lo que pasamos. Siento que cada minuto que pasa es vital.

Y al final de todo tengo lo que quiero y solo formas parte de lo que soy

No me falta nada. Tú sabes como hacer que no necesite nada más. Sólo pensar en ti y ya estoy saltando de alegría. Sólo tú.

Como se si lo que sientes es equivalente cuando ya no estas

Verte cuando no estamos juntos no es necesario. Sé que piensas en mí. Que piensas en lo que soy para ti y no puedes esperar a verme.

Y en tu vida paralela existe la promesa que regresarás

Siempre estarás ahi para mí. Lo sé y me impulsa a seguir. Por mi y por ti. Por los dos. Siempre.

Cuantas vidas paralelas quieres que sucedan antes de perder

Luego despierto y me doy cuenta que es un sueño más. Un sueño más contigo. Un sueño más con lo que quiero y no tengo. Pero sólo eso. Un sueño.



-Eso soy. Una tonta enamorada.

19.9.08

Empezando.

7.15 am.


El despertador suena por quinta vez logrando sacarme al fin de un profundo sueño que apenas puedo recordar. Echada en mi cama veo la hora y para mi no sorpresa es tarde, muy tarde. Escucho una puerta cerrarse de golpe y pienso acertadamente que es mi padre saliendo de la ducha y entrando en su cuarto para cambiarse lo más rápido que pueda. Ducha. Es tan tarde que no pienso en ducharme, más tarde será. Me levanto aún medio dormida y tambaleándome logro llegar a la puerta de mi cuarto y cerrarla para poder cambiarme tranquila y dormir unos minutos más. Avanzo hasta la cama y me dejo caer, el sueño se apodera de mi otra vez.

7.23 am.


"¡NATALIA! ¡Abre la puerta!" Abro los ojos. Me tomo un momento para maldecir todo a mi alrededor y salir de la cama de un brinco. Mi madre golpea la puerta esperando que salga cambiada y bien peinada. Logro decirle que salgo en cinco y espero que entienda que demoraré un poco. Encuentro el pantalón de colegio hecho una pelota. Que más da, hoy es viernes. Me lo pongo y paso a la difícil tarea de encontrar un polo que sé no aparecerá. Medias blancas, zapatillas bien amarradas, polo amarillo y chompa blanca, casaca del cole, casaca de la prom. Cabello hecho una mierda y un arete perdido. El peor viernes de mi vida sin duda. Con mochila al hombro, cuadernos en la mano y celular en la boca salgo del cuarto.

7.31 am.


Cómo logré desayunar, lavarme los dientes, agarrar un poco de comida y de plata en siete minuos nunca lo sabré. Tampoco sabré cómo es que ya estoy sentada en el asiento del copiloto del carro de mi padre rumbo al colegio. Intento en vano peinarme, me recojo el cabello en un moño que atenta contra las leyes de la gravedad y me pongo los audifonos para ya no escuchar un sermón más. Las personas pasan tan rápido por mi ventana que no logro ver sus caras. O simplemente no quiero ver sus caras. Escuchando a Jorge Drexler me quedo dormida por terera vez esta mañana.


7.46 am.


Dormirse con los audífonos puestos no es lo más recomendable, no viajando con mi padre. Me va gritando más de cinco minutos y por fin me despierto. Me cuelgo la mochila al hombro y sujeto con fuerza los cuadernos que ya no entraron en ella. Bajo del carro, cierro la puerta y le digo adiós con la mano al conductor. Sonrio para él y veo como se aleja. Media vuelta, media cuadra, medio minuto para llegar a la puerta. Comienzo a correr para no llegar tarde por tercera vez y no ser suspendida. Difícil hazaña considerando los objetos que llevo en mano. Cruzo sin mirar la calle y no me importa haber estado a punto de ser atropellada, me irá peor tener que ir a la oficina de Ana Bertha. Mientras veo ladrillos pasar a mi izquierda y carros a mi derecha pienso en por qué no tendrá novio. Fea no es, vieja menos, debe ser una cuestión política o económica. Dios sabrá. Llego al portón y saludo a Gumer con una sonrisa como de costumbre. La música de fondo que oigo al entrar hace que reduzca el paso, a pesar de todo aún estoy a tiempo. Subo las escaleras recuperando aire y ya en el salón me dejo caer en mi silla, otro día largo de cole, otro viernes que parecerá no terminar.


2.19 pm.


Recostada en mi carpeta leo por sexta vez Harry Potter 7. Con sueño, aburrimiento y ganas de estar en mi casa levanto la vista para ver a la Sra. Cahua mirarme con cara de enojo. Esperen, no me mira a mi, por suerte mira a la puerta y por suerte no es cara de enojo. Simplemente trata de ver más allá de lo que la vista le permite. Sin preocuparme mucho por la gran cantidad de compañeras que faltan en el salón sigo leyendo.


3.43pm.


Mochila lista y milagrosamente nada en la mano. Espero el toque de timbre para poder al fin ir a mi casa, ojalá a mi casa. Aún a mi día le faltan una hora y media de Británico mas dos horas de Matemática. Sea como sea quiero salir de estas cuatro paredes mal construidas. Volteo a ver una vez más el calendario. No hay clases el lunes, no hay tareas para el martes. Increible. A pesar de todo podré descanzar este fin de semana, podré dormir hasta tarde y no preocuparme por las tareas que podrian haber dejado y no lo hicieron. "RIIIIING" Los pensamientos se esfuman como por arte de magia y salgo disparada del salón. Me despido de Carla y Lyndabelle y en la puerta le digo adiós a Ana Bertha. Pobre, aún se tiene que quedar aqui. Una vez afuera dejo que el aire me invada y me quite el dolor de cabeza que tenía. Funciona de maravilla. Subo al carro de Charo y dejo mis cosas a la mala. ¿Dónde se metió Mary? Quiero llegar al Británico de una vez y que el día se termine. Me siento a esperar paciente.


4.06 pm.


Sentada en el aula 101 espero que llegue Renzo y empieze de una vez con la clase de hoy. Lisette aún no llega y en su lugar Claudia se asoma por la puerta. Saluda a Adriana y Winy y con paso lento se acerca a mi lugar. Se sienta en la silla de al lado y me pregunta que tal voy. Le respondo lo mismo de siempre, cansada, aburrida y con ganas de comer. Se rie y me empieza a hablar de Ana Lucia "La mocosa" Negrete. Por qué la odiará tanto no lo sé pero si debo admitir que me parece rara y aniñada para su edad. Platicamos unos minutos más y la acompaño a su aula. Al regrear Lisette ya esta sentada y me ubico a su lado. Al rato llega Judith y ya estamos las tres "Ladies at the back" sentadas esperando el toque de timbre y un motivo más para reir parece asomarse a la puerta. Diana "La loca" llega y no hay más que decir. Mochila de Minnie Mouse y ella gritando como siempre. Renzo llega detrás y la clase se da por iniciada.


5.41 pm.


Sigo sentada esperando que termine la clase. Fernando frente mio nos enseña unos trucos. Toca el timbre y me levanto, me despido de todos y me voy. En el mini-patio busco a Edith con la mirada. Fiorella me dice que ya se fue y no veo razon para quedarme más tiempo y congelarme. Me despido y parto rumbo a la Av. Encalada para tomar la "S" que estoy segura me llevará a mi casa.


5.58 pm.


Estoy parada y aplastada en la "S" con dos casacas en la mano derecha, la mochila colgada al hombro y el celular en la mano izquierda. Un joven baja en la esquina y yo puedo sentarme "comodamente" en el asiento improvisado que hay detrás del conductor. Me acomodo e inmediatamene el cobrador esta pidiéndome que pague. Saco el monedero verde que siempre llevo conmigo y le alcanzo una moneda de cincuenta centavos del año 2007 que él mira con disgusto. Me exige pagarle un nuevo sol y yo, que detesto las injusticias, no me quedo callada. Si no hubiera tenido los famosos audífonos puestos estoy segura que no habría gritado tanto, sin embargo, los tenía. Discutimos toda la curva del puente Primavera sobre cual es la tarifa que paga una escolar como yo, termina pidiendome mi carné escolar creyendo que obviamente no lo tendría. Doy gracias al Colegio Pio XII y en especial a Ana Bertha por habernos entregado un carnet de identificación escolar a cada alumno. Saco la billetera ante la mirada perpleja del cobrador y le muestro que, en efecto, existe un carné escolar. Se quedó callado y yo más alegre que hace unos cinco minutos le sonrío con simpatía. Apoyada en la ventana espero que la "S" llegue a mi parada.


6.13 pm.


Al fin en casa. Subo las escaleras rápidamente y toco la puerta con desesperación. Me abre Junior y le sonrio. Me cuenta que mi madre lo fue a recoger a la tienda de mi tía y que se queda hasta mañana. Entro a mi cuarto y lanzo la mochila al suelo. Cuelgo las casacas y por último me tumbo en la cama. Pienso que en cuarenta mintos llega mi profesor de Matemática. Me relajo un poco para empezar a hacer tareas y por enésima vez en el día, me quedo dormida.


7.09 pm.


Mi madre me despierta dulcemente y me informa que mi "profe" está en la sala. Me levanto, estiro, peino y salgo del cuarto. Dos horas más de martirio.


9.35 pm.


Como es de costumbre luego de cada clase mi madre se queda hablando con el profesor Fredy acerca de mis avances. Yo me escapo de la sala y voy a la cocina a comer algo. Bajo al primer-segundo piso y entro a la computadora después de mucho tiempo. Reviso mi Bandeja de Entrada y chateo con algunas personas. Abro esta página y me llama la atención. Decido crear un blog. Entre escribir y sonsear en Facebook se pasan los minutos y los ojos se me va cerrando.


0.45 am.


Es raro haber escrito tanto. Es raro haber creado un blog. Es raro haberle puesto el nombre que le puse. Muerta de sueño termino esta entrada pensando en si dormiré lo suficiente hoy. Al menos es sábado y no hay clases. Pensando en muchas cosas voy apagando la máquina y me froto los ojos. A pesar de todo no fue un mal Viernes, simplemente no me detuve a analizarlo como debería. Si Renato leyera esto probablemente jalaría Redacción Académica.