19.9.08

Empezando.

7.15 am.


El despertador suena por quinta vez logrando sacarme al fin de un profundo sueño que apenas puedo recordar. Echada en mi cama veo la hora y para mi no sorpresa es tarde, muy tarde. Escucho una puerta cerrarse de golpe y pienso acertadamente que es mi padre saliendo de la ducha y entrando en su cuarto para cambiarse lo más rápido que pueda. Ducha. Es tan tarde que no pienso en ducharme, más tarde será. Me levanto aún medio dormida y tambaleándome logro llegar a la puerta de mi cuarto y cerrarla para poder cambiarme tranquila y dormir unos minutos más. Avanzo hasta la cama y me dejo caer, el sueño se apodera de mi otra vez.

7.23 am.


"¡NATALIA! ¡Abre la puerta!" Abro los ojos. Me tomo un momento para maldecir todo a mi alrededor y salir de la cama de un brinco. Mi madre golpea la puerta esperando que salga cambiada y bien peinada. Logro decirle que salgo en cinco y espero que entienda que demoraré un poco. Encuentro el pantalón de colegio hecho una pelota. Que más da, hoy es viernes. Me lo pongo y paso a la difícil tarea de encontrar un polo que sé no aparecerá. Medias blancas, zapatillas bien amarradas, polo amarillo y chompa blanca, casaca del cole, casaca de la prom. Cabello hecho una mierda y un arete perdido. El peor viernes de mi vida sin duda. Con mochila al hombro, cuadernos en la mano y celular en la boca salgo del cuarto.

7.31 am.


Cómo logré desayunar, lavarme los dientes, agarrar un poco de comida y de plata en siete minuos nunca lo sabré. Tampoco sabré cómo es que ya estoy sentada en el asiento del copiloto del carro de mi padre rumbo al colegio. Intento en vano peinarme, me recojo el cabello en un moño que atenta contra las leyes de la gravedad y me pongo los audifonos para ya no escuchar un sermón más. Las personas pasan tan rápido por mi ventana que no logro ver sus caras. O simplemente no quiero ver sus caras. Escuchando a Jorge Drexler me quedo dormida por terera vez esta mañana.


7.46 am.


Dormirse con los audífonos puestos no es lo más recomendable, no viajando con mi padre. Me va gritando más de cinco minutos y por fin me despierto. Me cuelgo la mochila al hombro y sujeto con fuerza los cuadernos que ya no entraron en ella. Bajo del carro, cierro la puerta y le digo adiós con la mano al conductor. Sonrio para él y veo como se aleja. Media vuelta, media cuadra, medio minuto para llegar a la puerta. Comienzo a correr para no llegar tarde por tercera vez y no ser suspendida. Difícil hazaña considerando los objetos que llevo en mano. Cruzo sin mirar la calle y no me importa haber estado a punto de ser atropellada, me irá peor tener que ir a la oficina de Ana Bertha. Mientras veo ladrillos pasar a mi izquierda y carros a mi derecha pienso en por qué no tendrá novio. Fea no es, vieja menos, debe ser una cuestión política o económica. Dios sabrá. Llego al portón y saludo a Gumer con una sonrisa como de costumbre. La música de fondo que oigo al entrar hace que reduzca el paso, a pesar de todo aún estoy a tiempo. Subo las escaleras recuperando aire y ya en el salón me dejo caer en mi silla, otro día largo de cole, otro viernes que parecerá no terminar.


2.19 pm.


Recostada en mi carpeta leo por sexta vez Harry Potter 7. Con sueño, aburrimiento y ganas de estar en mi casa levanto la vista para ver a la Sra. Cahua mirarme con cara de enojo. Esperen, no me mira a mi, por suerte mira a la puerta y por suerte no es cara de enojo. Simplemente trata de ver más allá de lo que la vista le permite. Sin preocuparme mucho por la gran cantidad de compañeras que faltan en el salón sigo leyendo.


3.43pm.


Mochila lista y milagrosamente nada en la mano. Espero el toque de timbre para poder al fin ir a mi casa, ojalá a mi casa. Aún a mi día le faltan una hora y media de Británico mas dos horas de Matemática. Sea como sea quiero salir de estas cuatro paredes mal construidas. Volteo a ver una vez más el calendario. No hay clases el lunes, no hay tareas para el martes. Increible. A pesar de todo podré descanzar este fin de semana, podré dormir hasta tarde y no preocuparme por las tareas que podrian haber dejado y no lo hicieron. "RIIIIING" Los pensamientos se esfuman como por arte de magia y salgo disparada del salón. Me despido de Carla y Lyndabelle y en la puerta le digo adiós a Ana Bertha. Pobre, aún se tiene que quedar aqui. Una vez afuera dejo que el aire me invada y me quite el dolor de cabeza que tenía. Funciona de maravilla. Subo al carro de Charo y dejo mis cosas a la mala. ¿Dónde se metió Mary? Quiero llegar al Británico de una vez y que el día se termine. Me siento a esperar paciente.


4.06 pm.


Sentada en el aula 101 espero que llegue Renzo y empieze de una vez con la clase de hoy. Lisette aún no llega y en su lugar Claudia se asoma por la puerta. Saluda a Adriana y Winy y con paso lento se acerca a mi lugar. Se sienta en la silla de al lado y me pregunta que tal voy. Le respondo lo mismo de siempre, cansada, aburrida y con ganas de comer. Se rie y me empieza a hablar de Ana Lucia "La mocosa" Negrete. Por qué la odiará tanto no lo sé pero si debo admitir que me parece rara y aniñada para su edad. Platicamos unos minutos más y la acompaño a su aula. Al regrear Lisette ya esta sentada y me ubico a su lado. Al rato llega Judith y ya estamos las tres "Ladies at the back" sentadas esperando el toque de timbre y un motivo más para reir parece asomarse a la puerta. Diana "La loca" llega y no hay más que decir. Mochila de Minnie Mouse y ella gritando como siempre. Renzo llega detrás y la clase se da por iniciada.


5.41 pm.


Sigo sentada esperando que termine la clase. Fernando frente mio nos enseña unos trucos. Toca el timbre y me levanto, me despido de todos y me voy. En el mini-patio busco a Edith con la mirada. Fiorella me dice que ya se fue y no veo razon para quedarme más tiempo y congelarme. Me despido y parto rumbo a la Av. Encalada para tomar la "S" que estoy segura me llevará a mi casa.


5.58 pm.


Estoy parada y aplastada en la "S" con dos casacas en la mano derecha, la mochila colgada al hombro y el celular en la mano izquierda. Un joven baja en la esquina y yo puedo sentarme "comodamente" en el asiento improvisado que hay detrás del conductor. Me acomodo e inmediatamene el cobrador esta pidiéndome que pague. Saco el monedero verde que siempre llevo conmigo y le alcanzo una moneda de cincuenta centavos del año 2007 que él mira con disgusto. Me exige pagarle un nuevo sol y yo, que detesto las injusticias, no me quedo callada. Si no hubiera tenido los famosos audífonos puestos estoy segura que no habría gritado tanto, sin embargo, los tenía. Discutimos toda la curva del puente Primavera sobre cual es la tarifa que paga una escolar como yo, termina pidiendome mi carné escolar creyendo que obviamente no lo tendría. Doy gracias al Colegio Pio XII y en especial a Ana Bertha por habernos entregado un carnet de identificación escolar a cada alumno. Saco la billetera ante la mirada perpleja del cobrador y le muestro que, en efecto, existe un carné escolar. Se quedó callado y yo más alegre que hace unos cinco minutos le sonrío con simpatía. Apoyada en la ventana espero que la "S" llegue a mi parada.


6.13 pm.


Al fin en casa. Subo las escaleras rápidamente y toco la puerta con desesperación. Me abre Junior y le sonrio. Me cuenta que mi madre lo fue a recoger a la tienda de mi tía y que se queda hasta mañana. Entro a mi cuarto y lanzo la mochila al suelo. Cuelgo las casacas y por último me tumbo en la cama. Pienso que en cuarenta mintos llega mi profesor de Matemática. Me relajo un poco para empezar a hacer tareas y por enésima vez en el día, me quedo dormida.


7.09 pm.


Mi madre me despierta dulcemente y me informa que mi "profe" está en la sala. Me levanto, estiro, peino y salgo del cuarto. Dos horas más de martirio.


9.35 pm.


Como es de costumbre luego de cada clase mi madre se queda hablando con el profesor Fredy acerca de mis avances. Yo me escapo de la sala y voy a la cocina a comer algo. Bajo al primer-segundo piso y entro a la computadora después de mucho tiempo. Reviso mi Bandeja de Entrada y chateo con algunas personas. Abro esta página y me llama la atención. Decido crear un blog. Entre escribir y sonsear en Facebook se pasan los minutos y los ojos se me va cerrando.


0.45 am.


Es raro haber escrito tanto. Es raro haber creado un blog. Es raro haberle puesto el nombre que le puse. Muerta de sueño termino esta entrada pensando en si dormiré lo suficiente hoy. Al menos es sábado y no hay clases. Pensando en muchas cosas voy apagando la máquina y me froto los ojos. A pesar de todo no fue un mal Viernes, simplemente no me detuve a analizarlo como debería. Si Renato leyera esto probablemente jalaría Redacción Académica.

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